Plegaria

Plegaria


Bebe de mi ser una vez más y arranca con tus dientes mis días. Santificada eres de todas las pecadoras y deseo es tu segundo nombre. Endecasilame si tu saliva lo permite y déjame morar entre tus piernas. Dadme el descanso entre tus venas, pero solo siempre y cuando el amor se inmiscuya en nuestras nimiedades.