Bitacora: Dia Uno (19 Agosto)

Bitácora: Día Uno (19 Agosto)

Empecé un tratado suave. 20 Paginas leídas de 114 del primer tratado (1/3), resultado:

- Confusión en la pagina 17 --> Mundo de Ideas, y relación con las virtudes de los elementos simples.
- Todavía cuesta el concepto de un Dios o entidad superior que nos tenga amor. Demasiados recuerdos metafísicos de mi niñez y mis lecturas apostatas.
- Ningún síntoma todavía, el texto es claro. Sin ningún sobre salto salvo los normales de mi naturaleza.

Siguientes dos días: Sueños normales, se siguen escuchando sonidos dentro de los sueños, se sigue sintiendo dolor en las mañanas, se sigue quedando en estado catatónico por idiotez emocional. Nirvana me sigue calmando el desespero y la esperanza se sigue perdiendo. Aprendiendo a llevar un dolor extraño, mi cabeza se resigna a saber que sigo siendo un enfermo sádico como alguien me lo dijo alguna vez --> Resignación y entrega al Caos?, sacrificio y contención del hedonismo?. Igual es demasiado triste saber que soy tan nocivo.

Conclusión
- Algún día corregiré las cosas cuando me pegue el tiro, mientras tanto, tengo mucho que aprender

Carta Arcano Mayor: El Hermita

Resurreccion

Resurrección

¿Cómo no estar muerto si todo lo que me rodea es muerte?

Al levantarme, siento el vacío atragantar a mi adolorida garganta, recobro la cordura que en mis sueños abandono. Cuando llego a trabajar, caigo en cuenta de que mi mente se envuelve constantemente entre espantos y mi cuerpo se mueve por la rigurosidad impuesta, los entes que me rodean son tan solo sombras esquemáticas que se tiñen de preocupaciones desde el inicio del sol hasta que su ocaso. A la hora del almuerzo, cuando salgo a respirar a un parque, me encuentro frente a un columpio grisáceo que me muestra como las cabezas de los demás suben y bajan constantemente en mi existencia. En la tarde el sueño invade mi conciencia y lamento no poder recostarme con mis notas.


Pero cuando anochece, la resurrección empieza y la vivo a través de las sensaciones, tonalidades y demás artilugios que voy grabando en mi alma. Los sortilegios avanzan en forma de compases. La noche se hace caóticamente deliciosa hasta sentir las armonías, el alba y el resplandor de desesperanza. 

La noche me tuesta y la ilusión se hace realidad, vale la pena todo. Tengo una o dos conversaciones con algún que otro ser mágico y vuelvo el sueño para liquidar la sensación de vacío que por la mañana me acobijaba. Espero que el rojo me cubra, mientras pienso lo delicioso que es sentir la vida y su naufragio entre recuerdos que se van diluyendo.

Desahogo

Desahogo

Trasbocar y trasbocar, trasbocar noche y día, al desayuno, al almuerzo y a la cena. Trasbocar sosteniendo la boca, alejando el cuerpo, acercando la mente. Trasbocar hasta sentir que las viseras salen junto con lo que alguna vez sentí por vos.

Musica (I): Notas

Música (I): Notas

Las notas se agolpan en mi cabeza, me acosan, me postran, me someten. Vuelvo una vez más a ser su esclavo, sintiendo como el desespero llega a mi garganta y sale en forma de voz. Las notas se me forman a mi alrededor como liquido amniótico y me hacen sentir seguro dentro de un vientre tonal. Las notas me susurran como debo llevarlas a pasear a través de tritonos inestables y hacen sentir útil mis manos una vez más. Las notas me golpean sádicamente en el fondo de mi corazón y me trastornan la cabeza ahogando mi ser en incomprensibles y apetitosas secuencias repetitivas. Bach, Mozart y demás artistas juegan en mi cabeza atolondrada y me tuercen la poca cordura, hasta que por fin, después de tanto pensarlo mi voz, ronca, cansada, algo seca y muerta dice con alegría fúnebre... “Do, Re Mi, Fa, Sol, La, Si, Do”.

Herr Mannelig (balada medieval sueca)


Herr Mannelig (o Herr Mannerlig) es una balada medieval sueca que cuenta la historia de una troll con enormes deseos de hacerse humana quien cree que casándose con un caballero lo conseguirá.

Herr Mannelig

Temprano una mañana antes de que el sol saliera
Y los pájaros cantaran su dulce canción
La troll de las montañas le rogó al justo caballero
Ella hablaba una lengua de engaño
Sir Mannelig, Sir Mannelig, ¿te casarás conmigo
Por todo lo que gustosamente te daré?
Puedes responder solo sí o no
¿Lo harás o no?
A ti yo te daré los doce mejores corceles
Que pastan en la sombreada arboleda
Nunca fueron ensillados para montar
Ni tienen huecos en sus bocas
A ti yo te daré los doce mejores molinos
Que se encuentran entre Tillo y Terno
Las piedras están hechas del más rojo latón
Y las ruedas están cubiertas de plata
A ti yo te daré la espada dorada
Que tintinea de quince anillos de oro
Y golpea con ella en combate cuanto quieras
En el campo de batalla que tu conquistarás
A ti yo te daré una camisa nueva
La más lustrosa para llevar
No ha sido cosida con aguja o hilo
Sino con ganchillo de la más blanca seda
Regalos como estos aceptaría encantado
Si fueras una dama cristiana
Pero sé que eres la peor troll de las montañas
Creación de Neck y del diablo
La troll de las montañas salió corriendo por la puerta
Ella lloraba y chillaba muy fuerte
“Habría conseguido a ese justo caballero
de mi tormento habría sido libre ahora”
Sir Mannelig, Sir Mannelig, ¿te casarás conmigo
Por todo lo que gustosamente te daré?
Puedes responder solo sí o no
¿Lo harás o no?

Rostro de vos (Mario Benedetti)

Rostro de vos (Mario Benedetti)

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

Rutina

Rutina

Al alba me deterioro sonriendo medianamente entre vendavales de emoción siniestra. Al medio día me juzgo junto con el sol en lo alto y la hoguera prendida, y me encuentro inocente de toda voracidad insípida de inexperiencia malograda. Por la noche me enclavo entre los cristales vociferantes de tristeza azul.
El momento cúspide de mis días vienen al soñar. Al soñar me refugio en sus ojos cubiertos de tierra virgen y me adelanto a su busto amarillo, me siento con el corazón corriendo como can sin cadena mientras disfruto el encorvar mis huesos del pecho entre su ligera cabeza. Me coloco algo naranja mientras escucho como de su garganta sale su aliento con alegría, me someto a escrutinio nuevamente y contengo mi voraz hambre para no caer directamente a su cuello blando. El sueño es un instante donde se forma todo un soliloquio mordaz en mi lóbulo izquierdo y siento como de mi cuerpo brotan estalactitas de sincorduras.
Al despertarme del sueño después de dejarla en la que para mí se convierte en carroza fúnebre de mis emociones y para ella el trasporte que utiliza para irse a su mundo, me quedo con una pregunta que algún día me gustaría responder por experiencia vivida, a saber es esta:

¿De qué sabor serán sus labios amarillos?