Adoración

Adoración

Ídolos caídos, simplemente son ídolos caídos que esperan pleitesía. Son la gloria de dioses pasados que desean veneración. El padre fecunda a la madre pensando en doblegar un salvaje trono y obtiene a cambio una lucha constante en el amor. La madre se deja fecundar dado paso al deseo de ser dominada, pero realmente domina a través de su vientre. Más verdadero es aquel que se ha desprendido de su vida para dársela a otro porque entiende que nada le pertenece y no busca reconocimiento externo sino solo la alegría con sinceridad y justicia. Se vive, se muere, se daña, se crea, se coarta, se libera... somos mentirosos cuando nos enfocamos en actuar con un solo sentimiento dejando de lado la tristeza o el fatalismo; el instante se goza cuando nuestras interacciones se vuelven crueles con los demás. Nos educamos como destroza-palabras mordelones con los dientes hendidos en la carne inerte de la "falsa-verdad".

Repito el credo para creérmelo, no para hacerlo funcionar. Repito:
Que se entierre en fango el charlatán, que se vista de rojo para que no sienta más envidia, que se pudra su garganta por decir tantas mentiras.

Ausencia

Ausencia

Vivo en un mundo frío, ausente, vacío y sin daño. Estoy alejado de corazones, entregado a rostros copiados y mentes codificadas. Habito con mamíferos alados, me encuentro apretado por las sombras de maquinas que sostienen cuerpos automatizados. El silencio me rodea con su lengua bípeda y la mofeta me golpea con su olor a realidad. Me hundo entre la tristeza creada para auxiliar mi cuerpo frágil y me socorro con las uñas carcomidas por la tierra en el cajón de la experiencia. Me resuelvo a no pensar pero mil imágenes salen en destello sofocando la poca lucidez que aún conservo y entre toda la no-concordancia entre mis yos, se producen estallidos de sentimientos resueltos a romper esta mente débil. Curación y sanación es lo que queda, amar el destierro y sacrificar lo ganado para volverse grande y dar felicidad a mi todo, a ella.

Sueño

Sueño

Cada vez que sueño me traslado a mundos diferentes. En una ocasión fui un gran mono que saltaba el océano para socorrer a un amigo. En otro sueño, la ciencia biogenética me permitía ver el arte a través de las nuevas especies creadas por mi pensamiento. En todas estas situaciones mi forma de pensar se regocijaba por aprender más. Irónicamente, también he tenido sueños de profecías, lazos de vida que se desprenden en el instante onírico. Últimamente el sueño se traslada a mi mente sin yo quererlo y el entorno me empieza a desesperar, las sombras me inquietan, los susurros se acrecientan, los destellos son frecuentes y letras circulan en mi cabeza sin dar tregua. En esos momentos generalmente me pregunto si se cumplirá lo que anteriormente he soñado y siento ganas de desgarrar mi cuerpo ya condenado; me pregunto si mi mente se terminara destrozando por no saber distinguir la realidad de la fantasía, así todo provenga de un mito y todo regrese al mismo punto al finalizar la entropía. A veces me gustaría que Dios se despierte como propone Unamuno, otras veces ruego que el que me está soñando me dé alas y unas veces, pocas pero atroces, desearía morir en el sueño.