Burbujitas

Burbujitas

Vea, gente que se cree genio hay mucha... de eso está plagado este siglo de mediocridad. Hacer, es sentarse y dedicarse con toda la frustración y fuerza del mundo, es saber que ya se tiene perdida la batalla y el objetivo no es ganar sino salvar la dignidad. Hacer es levantarse a las cuatro y trabajar hasta las dos, es moverse con el ánimo de un huracán. Así se construye el inicio, la poética, el estilo, porque la desesperación es madre de la genialidad. Después viene mirar al horizonte, entender que el tiempo no ha sido perdido pero que es hora de cerrar ciclos, arrancarse lo construido y pulir, pulir, pulir... editar con el ánimo que tiene un cienpies cruzando la calle, con el cuidado del lobo hambriento; aprender a dejarse moldear por la vida pero no perder el horizonte. Genios hay muchos que se leen el prologo de un libro y salen a decir que ellos son de una corriente literaria, como dice un cuentero, "parecen burbujitas que se estallan con cualquier alfiler de la vida", y se creen los indicados para corregir la vida de los demás y señalar que alguien no escribió con una tilde, pero no son capaces de ponerse esa tilde en su vida. Por eso es que lo único que queda es hacer de una manera absurda, y ponerle cuidado a quienes hacen, aprender a agachar la cabeza cuando es necesario y entregarse a la vida en vez de controlarla.

Cielo

Cielo

Benditos todos los que sostenemos al mundo con un solo verso y lo moldeamos con nuestros fluidos. Benditos los contradictorios que no paramos de golpearnos contra todo y que acostumbramos a ver más allá por medio del tacto. Benditos los caminantes devoradores del silencio que paseamos cada noche entre la selva capital buscando otras fuentes de inmortalidad.

Capsula del espacio #32

<Capsula del espacio #32>

Aprender de la retirada, andar lejitos, diseccionarse un rato y volver (porque siempre se vuelve en uno), seguir volviendo a la fuente para una vez más recrearse. Aprender a seguir respirando entre el océano.

Rockstar

Rockstar

Tomas una foto de tu hijo tocando guitarra, te ufanas porque tu hijo es rockero y dices que estás haciendo algo bien. Miras el perfil de otro padre y te encuentras con una foto de su hijo con bata de doctor y el padre también ufanándose por esto. Piensas que es una mierda que alguien te te imponga una etiqueta a una criatura que solo le gusta algo, y que lo presiones al punto de decir que ese será su camino, como si no tuviera ya elección porque lo que tú piensas es lo mejor para él. Claro, si alguien que no tiene hijos te lo dice es que no sabe de paternidad, solo fue un hijo y nunca ha vivido el otro lado... tú sabes lo que le conviene a tu hijo, tu papá también lo sabía, pero sabías que él ponía todas sus asfixiantes ideas sobre ti y te pidió ser médico, pero tú quisiste ser rockero. Volvemos a la idea simple de la vida: el pez se come al pez que se come al pez.

Mirada (L)


Parece que lo único que nos queda para hacer buen arte es ser sinceros con nosotros mismos.

Mirada (XLIX)


Aquí solo hay sombra... el sol sigue brillando pero todos le huimos. Es tan fácil ser el diablo...

Sanar

Sanar

Es verdad, nadie te ayudó cuando estuviste mal, ni siquiera la vez que le mencionaste a la familia que tu tío se aprovechaba. Nadie fue capaz de dar la cara por ti, o de cogerte en sus brazos y decirte un "lo siento"; o tal vez lo hicieron, pero realmente tú sabías que no lo sentían y que solo era un acto de protocolo. Créeme, entiendo que por eso seas esquiva con la vida y prefieras devorar al prójimo que entenderlo. Tú carisma es solo un escudo, entregas una falsa compasión como si ya supieras que están muertos. Mamá te enseñó a odiar a todos porque a ella también le hicieron cosas horribles, Papá es el único hombre al que amas, aunque en el fondo lo odias también por lo que le hizo a mamá. Eran otros tiempos pero sigues encerrada en el rencor como si cargaras con el peso de tus generaciones violadas y todos los golpes que recibieron tus mujeres ahora los quieres hacer pagar. Nadie te ayudó, nadie lo hará y prefieres buscar una excusa para sabotear la confianza que logras adquirir en alguien, antes de realmente lograr que otros te miren a los ojos y creerles. Y yo, no puedo pedirte que cures ese mal, o que me tengas cariño si ni siquiera soy un conocido, no puedo esperar que descanses con la puerta sin pasador, o que sonrías cuando un extraño te dice algo, porque parece que pertenezco a esa raza que está enferma... aunque te lo juro, mujer, que sigo tratando de sanar mis heridas y todos los días te pienso desde lejos, deseándote que la pases bonito y que logres entender que todos necesitamos ayuda alguna vez en la vida.