Bitácora del movimiento

Bitácora del movimiento

Mi problema siempre es pedir más... pedir que se mueva la emoción, que se trasboque todo, que haya caos por doquier. Mi problema es romper (no sabes cómo rompo todo con mi varita mágica), que se muestre realmente lo que hay atrás de la piel y que nada quede grande. Hay una tierra desolada en mi pecho, un huracán que no tiene base, que solo tiene su ojo y allí estoy yo, contemplando como vuela todo y no entiendo que navegues sin intensión, que sigas pretendiendo cambiar al mundo sin moverte, que me digas que nunca he fallado. Mi problema real es que pido demás, lo que yo no doy, lo que nunca voy a dar, lo que sé que está perdido y podrido, lo que yace muerto en el huracán y estoy viendo que se mueve sin vida en el viento que me acompaña. Si hay algo eterno, sé que no lo quiero.

Bitácora del recuerdo

Bitácora del recuerdo

Ay parce, yo definitivamente no sé cómo expresarme. Y las personas pagan el precio: los amigos que nunca aparecen, las viejas que quieren hablar conmigo, la malparidita que le cree a lo que le dicen y no a lo que soy. Y yo no sé qué hacer, porque nunca sé qué hacer salvo huir. Yo tan gordito de odio, tan lleno de mierda y tristeza, tan dado a entender a todos me voy volviendo un resentido de mierda y a escribir como si no hubiera mañana. Y ruego que aparezca una extranjera, alguien que no entienda todo lo que hablo, porque ya la lengua la domino tan bien que no me creen aunque siempre diga la verdad. Ay parce, hoy es el día donde lo extraño, y me hubiera gustado que me explicara la vida de una manera más directa porque pareciera que todo es tan complejo, que anochecen, todos anochecen. Yo sé que a mí me gustaba el mundo, ahorita solo lo detesto. Un abrazo parcero, parcera, ante todo lo real y lo no egoísta.