Texto para la Señorita Amarilla

TEXTO PARA LA SEÑORITA AMARILLA


I
Es inherente al tiempo, a la sensación de fatalidad y a la locura desbocada en un espasmo que produces en mi alma. Eres tranquilidad compacta de mil eones resumida a un fragmento de sonrisa. Es un momento cabalgante dentro de acciones de terciopelo con principios dorados. Es contraproducente la satisfacción que siente mi cabeza agujereada.


II
Eres instantes de felicidad enlazados a intervalos de inmovilidad física. Observo tus ojos y sé que contienen tierra virgen. Observo tus labios y sé que contienen soles de primavera. Observo tu cabello y sé que contienen arenas soleadas.


III
Austero el soliloquio enfermizo que pasea por mi cabeza. El caballo de copas se engalana ebrio de sinceridad. La citara se envuelve con notas amarillas. Eres, soy, y se sigue siendo en un soplo hacia la inmensidad.

Delicia

Delicia

Que delicia es comerse el mundo por propia iniciativa. Es perfecto saber que uno es enfermo, reconocerlo, apropiarse del concepto y después encontrarse con más personas así. Que felicidad produce el vivir sin miedos, sonreírle al pasado y verlo como un momento, como una experiencia más. Que delicia es saber que todo tiene un final y que el cambio es necesario en todo momento, hacer teatro pánico a cada instante y sentir la vitalidad de la poesía calcina en el esófago de la sinceridad.

Que delicia ser Dios y ser diablo, saber que un aliento es solo una bocanada bien dada. Que satisfactorio ser austero y amotriz en la mediocridad. Qué alegría el apostar todo y saber que no se tiene más que perder. Que reconfortante es saber que una vez abajo en la ruina podemos recuperarnos y volvernos magnos. Desmitifico a los académicos que dicen que el tiempo no se devuelve. Desmiento a los absurdos que se ríen con la teoría de no sentir. Me permito sentir, vivir descorazonadamente, existo con el corazón entre las piernas y con el cerebro en el pecho. Vivo trasbocando espasmos en los altares blancuzcos de primavera. Aquí en mi reino el verano empezó con todo esplendor después de la no negación.

Pildora Gastrica

Píldora Gástrica

Sigo consumiendo, consumiendo de aquella droga que me hizo idiotizarme por todo. Soy bulímico a la muerte. Cada vez más me estoy volviendo mierda en mi interior a pesar de la prescripción medica, cada vez intento no ver con negativismo todo a mi alrededor.
Me dicen que es necesario para mí, que es necesario para que esa enfermedad no me dañe mas, pero cada vez la esquizofrenia vuelve a mi cabeza y se alimenta de fantasmas e inseguridades.
No quiero saber más de ella y sigo consumiendo, quiero olvidar sus besos y el impacto en mi corazón. Quiero olvidar el momento que destroce su cuello cuando me dijo que no me amaba, o ¿dijo que me amaba? La situación es confusa por aquellas voces y cada vez fue más nauseabundo el momento cuando estuve dentro del cuerpo muerto de ella. Era más fácil cuando ella se limitaba a sonreír mientras estaba conmigo a pesar de que estaba con su amante de turno. Era más fácil y menos drástico cuando yo me controlaba sin droga, solo con orgasmos. Ahora que esta adentro la píldora solo pienso en el dolor, dolor de mi esófago y estomago. Deseo perforarme y sacar la píldora. No mas droga en forma de rencor en mi interior.

Alma Musica

ALMA MÚSICA


Yo soy borracho. Me seduce el vino
luminoso y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.

Tengo el alma hecha ritmo y armonía;
todo en mi ser es música y es canto,
desde el réquiem tristísimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegría.

Y no porque la vida mi alma muerda
ha de rimar su ritmo mi alma loca:
aun mas que por la mano que la toca
la cuerda vibra y canta porque es cuerda.

Así, cuando la negra y dura zarpa
de la muerte destroce el pecho mío,
mi espíritu ha de ser en el vacío
cual la postrera vibración de un arpa.

Y ya de nuevo en el astral camino
concretara sus ansias de armonía
en la cascada de una sinfonía,
o en la alegría musical de un trino.

Nicolás Guillén