Disfraz

Disfraz

Todo bien, disfracémonos de cosas bonitas, de personas sinceras y crudas, de esas que podemos decirnos las cosas en la cara, de las que creemos en el mundo y en los sueños. Venga, disfracémonos, es muy probable que una vez disfrazados ya no queramos volvernos a quitar el disfraz.

Mirada (XLVI)


Si existe un tiempo de Dios, ¿existe un tiempo del diablo?
¿Qué hará el pequeño en esos instantes?

Verdad

Verdad

Bien dicen que todo es mentira: el impulso de pensar que podemos criarnos a nosotros mismos, el aliento que mueve la barca con la cual se ha de destrozar nuestros huesos, la idea del paraíso con la cual Dios nos ató al pecado. Desde allí todo se vuelve no tácito, deforme, tendente a la entropía. Y hasta el lobo más feroz se queda sin dientes, y la mujer más apetitosa se queda sin tetas, y hasta el más sabio se desespera.

Igualdad

Igualdad

El problema empieza cuando dicen: "todos los hombres son iguales". Y te lo repiten desde pequeño hasta que ves la mentira, todos no somos iguales. ¿Cómo van a ser iguales a mí los hijos de puta que colocan un salario mínimo de mierda y se atragantan mientras tanto con tanta hipocresía que les sale de su culo? ¿O una madre que tiene siete hijos y sigue pidiendo plata en el semáforo para sostener una familia? No todos somos iguales, se lo aseguro...

Soledad

Soledad

Todos estamos solos. Es una verdad innegable como que la vida enseña paciencia, o que la experiencia es un cumulo de miedos. Y a esa triste verdad le acontece el hecho de que todos buscamos compañía. Aunque le tenemos miedo al prójimo, nos buscamos como gotas idénticas de cianuro en el cadáver, como caminos cruzados en el bosque, como letreros de moteles junto a disponibles en la carretera. Pero a veces no hay vacantes, no hay bosque o cadáver. Y la soledad sigue siendo herramienta para buscarnos a nosotros mismos sin distracciones.

Cruce de caminos (V)

Cruce de caminos (V)

El demonio habita en mi vientre y me hace eyacular ilusiones. Me dice que tengo que santificar cada boca y impermiabilizar cada útero. El demonio me susurra que tengo la potestad de ser eterno como Caín y cruel como Jehová, que tengo lengua de serpiente para proferir mentiras y hacer un buen sexo oral.

Sé que él me quiere hacer mejor persona, y me está enseñando a mover mis falanges para que se sincronicen con los gemidos de mis pequeñas amadas. Me dice que tenga ojos de puta cuando lama su vulva joven, y ojos de emperador cuando ellas me lo hagan. Me dice que escupa todo mi veneno en sus senos, en su vulva, en su ano, para poder penetrar con la dureza que tiene la maldad, y que en cada embestida piense en que se está muriendo un niño dentro del vientre de alguna madre para poderme excitar y seguir jugando durante mucho tiempo.

Al demonio nunca lo he visto frente a frente, en su forma infernal. A veces aparece vestido como un ángel de cuero con siete alas saliendo de su espalda, y dos penes largos y gruesos que me penetran y me hacen penetrar. Otra veces solo lo escucho susurrarme, y lo he sentido en mi tacto cuando entro con mis dedos en aquellas pequeñas vulvas y revuelvo toda la miseria que habita en sus universos, y les sonrío mientras veo al demonio sentado en la cabecera de mi cama, masturbándose de la misma manera en la que yo lo hago con aquellas mujeres...
len-ta-men-te...

Ironia

Ironía

Ironía es que un hombre acompañando a su hijo, le dice que debe cruzar la calle cuando el semáforo peatonal cambie a verde e inmediatamente lo cruce en rojo; que una mujer porque no ha follado en un mes piense que es el fin del mundo; que algunos aparentemos menos edad de la que tenemos aún con la barba puesta; que seamos tan tiernos con los animales pero crudos con las personas; que juzguemos a una persona triste porque pensamos que la felicidad depende de cada uno; que le digamos buenos días a un indigente sin poderlo mirar a los ojos...

Mirada (XLV)


Hasta el manjar más apetecido se pudre si no es comido. Todo se pudre en la espera... (11 de enero de 2014)

Venta

Venta

Yo no entiendo a esos que dicen que no se venden y que prefieren ser otra cosa que ingenieros o abogados y no lo han vivido. No sé si se imaginan que esos trabajos no causan felicidad y que una oficina o un despacho se vuelve una cárcel del alma; pero no se dan cuenta que todos somos prostitutas en cualquier cosa: desde hacer oficio para que mamá nos deje salir, hasta trabajar de corrector de estilo para recibir dinero. Cómo si las cárceles fueran espacios y no momentos...

Revolucion

Revolución

Usted quiere protestar contra el gobierno? Recuerde que con una acción mínima estamos cambiando el universo: desde empezar a plantar algo en la casa, hasta utilizar otros medios de transporte para no coger transmilenio; desde salir temprano para no vivir afanado, hasta pagar por una obra de teatro o un libro. Todo cambio, por pequeño que sea, vale la pena. Al final, uno termina viviendo mejor y estresandose menos.