De las posturas y ventas del alma


Chaval, una postura no se trata de fracesitas posteadas pidiendo un mejor país o un debate en el cual no permites escuchar al otro. Una postura es el resultado de un pensamiento llevado a la realidad y ejercitado en la vida. Recuerdo cuando alguien a quien yo creía amigo, en un bar me dice... "hey, parce, gracias por la idea que me soltaste del video en youtube, la revendí por muy buen dinero", me quedé atontado así como me quedo ahorita cuando le veo el muro lleno de mensajes llenos de amor y de corrupción y no robar y esas cosas de la paz y bla bla bla, toda esa parafernalia en la que se mete la gente. Créeme chaval, las redes sociales no son tu postura. La postura más bella que he visto es un compañero de trabajo que es facho a morir, y lo admite de todo corazón, sin problema; o una amiga que es madre y en vez de decirle a su hijo que no coma galgerias, mantiene verdura y fruta en su casa. Postura, chaval, es saber que las reglas están y que siempre buscan joderte, y sin embargo, ser consecuente y seguir buscándose en el otro a través de la compasión violenta que nos caracteriza. Postura es pelear realmente por lo que deseas, pero pelear desde adentro, desde el no empujar al otro, hasta el no permitir que te mientan. Tus frases en facebook, twitter y demás no son revolución, son solo pajazos del mundo virtual que te hace sentir que estás contribuyendo a crear un mejor mundo. PERO NO LO ESTÁS HACIENDO.

Bitácora de la memoria

Tengo una pésima memoria, llena de muchos desiertos y mantras a mi ego. Sé que he golpeado y dicho palabras que han que han quemado a muchos, y a los otros, que bien han confiado en mí, les he dado la espalda de manera ruin. No tengo casi recuerdos duraderos, y lo peor, es que voy volviendo a las mismas partes cada ciclo, no reinventandome, sino reconociéndome. Si digo que no hay nada más rencoroso que un pez, es porque oigo mi instinto, más mi boca siempre termina siendo tan mordaz y estúpida, que canta con sinceridad lo que no debería, y halaga con alegría, cada vicio que se tiene. Y lo único que queda, son personas que prefieren ver mis escritos más no mi humanidad. Pero como tengo tan mala memoria, al rato me vuelvo a olvidar de todo esto.

Del Escritor (XIII)

Del Escritor (XIII)

Escribir hasta que se partan los dedos y las palabras cambien de significado, hasta que se invoque a quien no debe ser invocado y el viento borre sus huellas. Escribir por escribir, para separar el alma del cuerpo, a la mente de los huesos, a la vida de las vivencias. Escribir por hambre, con hambre, para el hambre; escribir porque no hay más supervivencia que la del esperma hecho tinta, y cada explicación se vuelve un racimo de infelices letras que promulgan ser deseadas. Escribir porque es necesario golpear, follar, penetrar salvajemente, para así arrancarse del abismo y recrearse en los ojos de los cuervos lectores. Escribir y escribir, con teclado o con el coño, con el tambalear de cada espora, con la razón del cantador, con el olvido del tuerto que fantasea con ser escritor para no ser ciego. Escribir y escribir hasta que se rompa el firmamento.

Insignias en los perfiles


A mí me da un no sé qué cuando veo las fotos de las personas sonrientes, felices, las que se colocan en estos medios, acompañadas de marcos de solidaridad social y esas cosas. La cara de ellos con los dientes relucientes y libres de arruguitas y abajito las palabras "no maten lideres sociales", y esas otras que se vuelven macabras cuando uno mira el contraste de la violencia con la sonrisa. Me recuerdan el chiste del payaso que le dice a sus violadores: "hey, suave que sí duele, la sonrisa es pintada".