Mirada (XLII)


Hay días que veo en todas las Valentinas un par de truenos que caen por sus vellos y se me vuelve la anfetamina un momento de sonrisa, y no puedo dejar de pensar que la vida se reduce a esos instantes donde tengo ojos. Otros días lo veo en las Andreas, o en las Anas, o en las Claudias, o en...