Elogio

Elogio

Le dijeron a ella que no estuviera conmigo, que yo era un mal insoportable, que mi idealismo era basura macroscópica, que el positivismo está mandado a recoger. Hablaron con burla, con la lengua sin coser, con las pupilas contraídas, analizando y diciendo con la experiencia que da una vida: todos debemos fracasar en esta vida, nadie tiene derecho a ser feliz, todo tiene un fin y jamás se puede renacer, la muerte es el acontecimiento final a la vida.

Le dijeron que era mejor dejarme, que los espárragos no se saltean y que el frío no se disfruta. Que el amor es imposible y disfrutar implica no volverse mierda. Le dijeron que soy un mal hombre, que siempre la van a dañar y que por eso no se vuelve a intentar.

Y mientras decían eso, yo sonreía y pensaba que lo mejor en esta vida es lo imposible, se aprende que lo más apetecido es lo prohibido en la sociedad. Pensaba que el silencio es una parte importante en la música y que no deseo abandonar los labios de la muerte. Mientras le decían eso yo dentro muy dentro me retorcía por las carcajadas irónicas pensando en cómo los demás se hacen infelices y les agrada dañar a los otros. 
¡¡¡Nadie merece ser feliz!!! Viven como roedores y no quieren ir más allá de su caneca de basura. Y sin embargo, yo aguardo a que la caricatura deje de moverse y vuelva a su asiento.