Bitacora del gran pez (luna nueva)

Bitacora del gran pez (luna nueva)

No se trata de pensar en el despojo sino en la vacuidad de la contemplación. Hay una capacidad de vivir en el ahora que evitamos continuamente, pero que conforme pasan los años se acerca sigilosamente hasta mimetizarse con el silencio. Y agradezco esa vacuidad continua que me permite desocuparme un día en la ira y al siguiente en amor, o un día en angustia y al siguiente en nihilismo.

Feliz luna nueva llena de reformulaciones y transformaciones, que la imagen del buda sin cabeza nos ilumine

Bitacora del gran pez (Muerte)

Bitácora del gran pez (Muerte)

La muerte como golpe de la realidad ante la incertidumbre,
como medida de prevención a la estupidez,
como símbolo del continuo retorno.

Estos días son de no poder dormir, tengo clavada una espina dentro de mi espalda que me hace acurrucarme ante mis pensamientos y maximizarlos. Padre morirá, eso siempre lo he sabido, pero de unos meses hacia acá lo siento más cercano. El sol sigue saliendo todos los días, pero solo consigo dormitar una hora antes de que amanezca, luego viene el trabajo en la mañana y a medio día puedo acostarme agotado un poco. Todo el ciclo se ha roto.

En la congregación se daba una conferencia cada vez que alguien moría. Morir es una relación uno a uno con la creación, el pasaje hacia el seol, o el hades como lo llama la biblia. El tao habla de la transmutación de la energía constante (otro sinónimo para morir todo el tiempo) y en el budismo, depende la rama, se encuentra la reencarnación como pasatiempo antes de llegar a ser budas en la fuente primera de la existencia o el ignorar la muerte para concentrarse en el ahora porque no ha más tregua ante la vida misma.

Mis pensamientos son una gran muerte desde la entropía. Lo irónico: no soy el afectado esta vez, pero sigo soñando con la muerte desde tiempos inmemoriables. Cuando tuve una relación, hace tiempo, durante todo un mes soñé que el mundo se acaba noche tras noche: yo era el malo, el bueno, el ausente, la entidad cósmica, la burla de los dioses alias héroe que intentaba prevenir que todo se acabase, y al final, después de que terminara desgarrado, desintegrado, quemado, apaleado, explotado, roto y hasta dinamitado, todo en mi cabeza quedaba en negro absoluto y allí me despertaba.

Morir es una gran respuesta de la existencia para prevenir que nos volvamos malas personas, que nos arrepintamos de vivir, que nos afanemos en estar activos en el presente. Y para el universo somos solo un copo de nieve que se balancea en el aire antes de caer y derretirse en el suelo. Morir es el perfecto final para la tragicomedia en la que constantemente estamos enfrentados desde que somos paridos. Fuimos muertos en muchas vidas, pero hemos nacido siempre de la misma manera: acompañados del dolor.
(29 Virgen 2025)

Bitácora del gran pez (Sao Paulo)

Bitácora del gran pez (Sao Paulo)

El ruido como parte de la raíz, como parte de la existencia dentro de nuestro continente. Está arraigado en nuestra cultura, en la memoria genética. Escucho chiflidos en Brasil y me recuerdan a los costeños y su bulla, a los paisas y sus gritos, a sus rolos y sus silencios (todo silencio es un grito mal dado).
El ruido acá se extiende en un lengua que no entiendo, que gime en mi oido encontrando el gozo de mis entrañas sin haberme tocado. El ruido de la calle que se hace sinfonia de espacios. Lo he querido negar, pero la existencia me niega el negarlo. Y acá parece que ando descubriendolo entre la bulla de ancianos gritando en un bar, los cinco amigos que se reunen después del trabajo, la cantante con tremendo bozarron y un niño de 3 años que grita porque está molesto. Ellos corean todo y cantan a todo pulmón, todos como un gran ser, mientras yo solo absorbo el ruido y no puedo más que sonreír pensando en que quisiera saber portugués para poder ser uno con ellos y que Dios y la torre de babel no me hubiera robado la oportunidad de conocer a todos los seres de este universo.
Brasil - 07 gemelos 2025