El alcohol hace más que la literatura por que añade una percepción no hipócrita, la real realidad. Los detractores seguramente hablaran de poesía; yo les hablaré de tequila cayendo en los senos de una puta/poeta, o del sabor del vino en el coño/pene de un lujurioso humano. Los más ortodoxos hablaran de novela y narrativa; yo hablaré de cantinas llenas de filosofía, donde todas las noches se encuentra la vida al sentir la muerte recorriendo la garganta y bajar por el esófago, haciéndonos encontrar a los ebrios el bendito descanso entre lo embotado que resulta ser de hueso y carne.