Propósito
Nunca he sido bueno para algo en mi vida, ni siquiera cuando hago de malo lo hago bien. Ella me lo decía: no eres bueno para mí, solo me desestabilizas. Y yo pensaba en el volcán y sus arrebatos que vuelven fértil a la tierra. O en el lobo que come al ciervo para que la vegetación vuelva a nacer. Y sonreía con tristeza pensando en el papel que estoy asumiendo en el universo, porque nadie quiere a un volcán, y los lobos son odiados por los ciervos.