Demonio La Caida - MDT (Apuntes)
¿Qué crisis se resuelve antes gracias a la debilidad que a la fuerza, se entiende mejor gracias a la ignorancia que al conocimiento?
- ¿Es malo decidir herir a otro? Según ese razonamiento, los soldados que mataban nazis para liberar los campos de concentración eran tan malos como los carniceros que exterminaban. ¿O es el imperativo categórico de Kant, que cuando decidimos utilizar a los demás como herramienta en vez de fijarnos como meta el cuidar de cada individuo por separado, lo que señala el comienzo de toda maldad? Pero en esta era de votos en masa y medios de masas, ¿cómo se puede ver a cada individuo, como se le puede mimar? - Meneo la cabeza-. El mal, creo, comienza cuando vos te engañas a ti mismo para poder herir a los demás.
- ¿Cómo es posible engañarse a uno mismo?
- Si no lo sabe un adultero... - replico Gaviel con una fría sonrisa-. Tú mismo dices que no vas a hacerlo, aun cuando ya vas de camino. Te dices que solo vas a acompañarla hasta la puerta, pero sería descortés no entrar si te lo pide. Te dices que solo esta vez, que ha sido un desliz, que no volverá a repetirse... pero se repite.
Guardaron silencio hasta que Matthew dijo:
- ¿Y eso es lo que les dijisteis en el jardín? ¿Ese era vuestro regalo de buenas intenciones y amor puro?
Gavil exhalo un suspiro
- El regalo que os hicimos fue la consciencia. Os impulsamos a pensar de otro modo... a comparar, describir y comprender las cosas de manera abstracta. La metáfora y el símil. Ese fue nuestro regalo.
- ¿Qué?, ¿intentas decirme que la caída se produjo a causa de... de unos elementos gramaticales que se aprenden en primaria? ¡Es una locura!
Lucifer, de pie ante sus legiones, se dirigió a nosotros.
- Hermanos y hermanas, no os lamentéis por lo que habéis perdido. En vez de eso, pensad en lo que habéis ganado. Pronto abandonaremos esta llanura, daremos la espalda a sus cenizas y su desolación y levantaremos nuestros reinos a partir de las ruinas del paraíso. Cada uno de vosotros presidirá una hueste de nuestros protegidos mortales. Protegedlos y alimentadlos, pues hemos renunciado al cielo por su bien. En verdad ahora hemos caído.
Enorgulleceos de vuestro nombre. Hace falta coraje y compasión para desafiar al cielo, mientras que la obediencia ciega no precisa sino temor. Hemos arrastrado nuestros temores y hemos vencido, ahora somos dueños de nuestro propio destino.
Me doy cuenta del motivo por el que le hago daño. Cuesta más recordar por que termine haciendo daño a todas aquellas almas a lo largo de la historia. Al mirar atrás, parece extraño que pasáramos de desear desesperadamente aliviar el dolor de los humanos a no desear otra cosa que el dolor de la humanidad, su sufrimiento y en última instancia su destrucción absoluta. Sin embargo, los pasos de aquel trayecto siguen estando claros para mí, aun cuando el escenario permanezca difuso. La culpa se convirtió en dolor. El dolor se convirtió en rabia. La rabia en odio. El odio engendro sufrimiento. Esos eran los cuatro pequeños pasos que separaban al ángel del demonio. (Pág. 55)
Ah, sí, el sexo. El sexo es una de las grandes ventajas de tener un cuerpo. Lo disfruto a conciencia. Aunque carece de la inmediatez de las uniones angelicales, sin duda proporciona un placer para mí inesperado. Empero, no es lo mismo que el amor, aunque la sociedad parezca haber decidido que constituye un sustituto adecuado. La gente prefiere el sexo al amor, el egoísmo a la comunidad. (pág. 60)
Hemos perdido el cielo para siempre y el infierno ya no puede retenernos (pág. 77)
¿Y si la muerte de Cristo en la cruz no fuera mas que un ardid para evitar que la gente descubriera que a Dios le daba igual todo? (...)
¿Y si la muerte de Cristo en la cruz no fuera mas que un ardid para evitar que la gente descubriera que a Dios le daba igual todo? (...)