Si la enfermedad del siglo XX fue la depresión, la del siglo XXI es el insomnio. Somos una generación que se guía por lo racional en búsqueda del presente. Todas las ideologías conllevan a estar en el ahora, con nuestra cámara disparando una foto de entrada y de salida porque no queremos almacenar recuerdos. La imagen nos hizo consumidores de una pornografía en forma de selfies; nos vemos en nuestro espejo mental todas las noches y nos horrorizamos por lo que vemos. NO PODEMOS DORMIR PORQUE NO PODEMOS DETENER LA MÁQUINA. Palaniuk nos lo advirtió en el Club de la lucha: invertimos en la mesita que adorna nuestra habitación mientras pensamos en las deudas que tenemos en el banco, o la cantidad de libros que deseamos leer pero nunca hay tiempo.. estamos sobresaturados de banalidad. Somos más que dioses, el ocaso ya sucedió y hemos sobrevivido a la radiactividad. No hay necesidad de deprimirse, podemos vivir con ello mientras sepultamos nuestros sueños.