Medellín (I)
Ayer hablaba con una persona que aprecio mucho y que me ha leído durante años. Me contó una historia fuerte (la cuál podría en algún momento llegar a trabajarla) y después me contó sobre la infelicidad y el desear estar siempre allí. Hoy estoy en un bar, solo, en El Poblado y mientras una pareja baila salsa yo canto aprendiendo a ser dichoso. Llevo medio día pensando en lo que deseo o lo que me haría estar en plenitud y no logro encontrarlo. Si usted ya lo hizo, me alegro, en mi caso posiblemente seguiré buscando respuestas. La parte positiva de esto es que mi decisión de hoy tiene que ver con crear en conjunto. Si tiene algún proyecto y quisiera mi colaboración, estaría dispuesto a darla. Mi año ya casi inicia (el 13 de marzo) y quisiera llegar a esa fecha con algo tácito. Por otro lado, gracias a quienes me leen así sea desde la sombra... Es bonito saber que los gritos que uno dirige al universo son escuchados.