Para que exista una interacción entre dos objetos, uno de ellos debe tener una primera reacción con respecto al segundo. Así mismo, para que termine esa interacción entre los dos objetos, uno de ellos debe dejar de responderle al otro. Esto es teóricamente simple, pero, en mi caso, vivencialmente inmanejable cuando se trata del pasado. Me alejo de ciertas personas pero al final vuelvo, y esto parece que es viceversa. Al final, creo que lo que queda es tratar de ir depurando esos impulsos que nos hacen volver de donde ya nos fuimos y aprender a soltar.