Odiseo
Me contaba él que ella era una sirena perdida, que encanta a los hombres con cada mentira que profesa, pero yo la veo y me parece la mujer más normal del mundo, de esas que no dan ganas de acercarse porque se ven insípidas, de esas que destilan mentiras. Se quedaba llorando largos sorbos en el bar mientras yo escuchaba las canciones y sonreía, pero después me quedaba pensando en otra sirena y me decía que cada cual con su rollo mientras llega la primavera.