Hospedaje
Un gran ruido recorre esta habitación sin lunas, sin sonrisas, sin amantes. Demasiados cuerpos marchitos entre los pétalos del pasado; nada habita este lugar salvo una cama, un computador, un celular y yo. Aunque me desvanezco, la nada me absorbe y voy teniendo consciencia de mi infelicidad, los lunares que antes eran míos se van evaporando junto al alcohol. Las esquinas se pueblan de viento y sombra, susurrándole al tiempo donde la pureza no volverá, el amor de los bellos amantes se ha acabado. La habitación se hace mente, y siento ser devorado por mis pensamientos hasta volverme miles de moléculas de polvo, y hacerme eterno entre el ciclo de las nubes.