Cruce de caminos (V)
Han sido unos días de mierda. Hoy hablé con el diablo mientras me contaba lo que hizo el fin de semana: nicotina, pactos, muertes prematuras, placer, cosas que no deben ser nombradas y cosas que si se nombran se volverían normales. Nos acercamos al computador y buscamos el perfil de unas cuantas personas, vimos lo muertas que están, con sus sonrisas podridas en felicidad, mientras escuchábamos algo de Electrónica.
Fui al cuarto a descansar. El diablo me mece en sus brazos mientras me canta pequeñas nanas de tranquilidad. Me susurra sus consejos que ayudan a depurar la ira que me habita, me acobija, me da un beso de buenas noches. Antes de salir del cuarto me dice que la mejor venganza del sabio no es el olvido sino el perdón, porque simplemente se aprende a destrozar a las personas perdonándolas antes de lo que se pueden perdonar a sí mismas.