Mirada (LXIV)


Los más sabios son los pájaros, no por su vida sino por su vuelo.

De la autoayuda utilizada para que todos nos partamos más el lomo


A mí no me incomoda el trabajo, o el concepto de perdida de libertad que se teje alrededor de él, lo veo algo normal dentro de un mundo en el que lo más útil que tienes es el tiempo. A mí lo que realmente me incomoda es la naturalidad con la que se busca mentirle a un trabajador y venderle el concepto de "mejora" mientras se le quitan privilegios y se le indica que debe estar todo el tiempo disponible para el trabajo; me jode la postura del toma y dame pero dame más porque tienes que rendir no importa que realmente ya estés dando lo que tienes que dar. Me jode el "yo te ayudo a crecer" como si crecer significara desvelarse para poder trabajar más, como si no hubiera un contrato firmado y en realidad fuera más una cordialidad que un desempeño. Lo peor es la hipocresía que se teje alrededor de "seremos mejores", "una oportunidad de crecimiento" "es un tema legal" como si realmente fuéramos mejores seres humanos con un trabajo, como si nuestro crecimiento personal tuviera que ver con dedicarle más tiempo a la jornada laboral y la ley no tuviera vacíos legales tan grandes que el trabajador se aprovecha de esas condiciones cuando le conviene. Me cansa el tema de "tienes la oportunidad de elegir" y el típico "cambia de trabajo si no te gusta" porque es la misma mierda de elige comer mierda o comer aire, y si no te gusta vete del país que hace que pensemos en ser universales pero al final terminamos siendo individuales pertenecientes a un contexto y una situación inmediata que no cambiará tan deprisa como queremos. Pero el mayor pecado es abrir la jeta y confiar que los demás van a entenderte y no se van a tragar el cuento... puro pez de finca que alista la jeta para que se les clave el arpón y a las espaldas están hablando de mejores posibilidades.

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Me ofende la cultura del "debemos trabajar el triple porque así es el negocio", la que se tiene cerquita de "da tu 120% en todo momento" como si no existiera tiempo para la vida fuera del trabajo, como si uno tuviera que dedicarse a ser humano en los pocos ratos libres que van quedando y de resto te jodes por querer pasar más tiempo con lo que está afuera. Esa cultura implantada actualmente de ser líder tiene también la posición de querer que te partas el culo y no digas nada cuando las cosas estén mal, porque un líder sonríe mientras se la están clavando, porque TODO es una maldita oportunidad de crecimiento y mientras tu espiritualidad está allí, metida en el orto, los demás van diciendo que la empresa te está haciendo un favor, aprendizaje, mejores practicas, bla, bla, bla...

Bitacora de la ilusión

Mi decepción más grande fue creer que alguien realmente quería cambiar el mundo y que dentro de sus políticas estaba la de hacer que todos estuviéramos mejor. Una vez caída la máscara pasa lo que siempre pasa cuando nos estrellamos, vienen los raspones, los gritos, las palabras negadas, los sentimientos de abandono y desesperación, las dudas, la noche, el vacío dentro del estómago de saber que finalmente el camino es largo y profundo como un tritono. Sin culpas porque no son necesarias, sin excusas porque son insípidas, planeando para esquivar las esquirlas y la amargura de que todavía no encuentro algo o alguien en qué creer más que en los muertos.

La mano de Buda (III)


Es esa rabia que todo lo puede, que ni con siete pajas se quita, que todo el tiempo está latente, insigne, allí en lo alto de las montañas de la locura. La rabia que nos hace seres de divinidad, la rabia que dota de turbulencia al mar y de furia al huracán, la rabia que sofoca la fogata y aviva el incendio, que devasta la presa y repele las migraciones. La rabia en su esplendor, negra y roja como la sangre seca, como el interior de un huevo triturado, como el mantra que se vuelve castigo, como la mano de buda cerrándose al final del silencio.

Llanto de un viejo


No hay nada más cruel que ver llorar a un hombre viejo. No porque otras lágrimas no signifiquen nada, sino porque culturalmente el hombre ha nacido ya muerto/oscuro/yang y la mujer ha nacido viva/luz/ying, y mientras en este mundo van surgiendo nuevos hombres y mujeres que creen en la igualdad (yin hay yang/yang hay yin | yin a yang/yan a yin), los hombres muertos van extinguiendo su espíritu entre las lágrimas que no son capaces de parir.