Del Escritor (VIII)
Escribir como sociedad para sentirse individual, escribir como demente para encontrar la cordura y con minusvalía coronaria para encontrar el miembro perdido. Escribir por escribir trasbocando palabras en vez de sangre, escribiendo con ajenjo para envenenar la realidad y no demacrarse ante el todo. Poner letra seguida de otra letra, con fuerza, con brío, procurando no ser borrado por la historia. Porque el arte de escribir no es solo trasbocar pero exige una concentración similar a la que se tiene en ese instante para no romperse la cabeza contra el inodoro por cada sacudida.
Escribir, escribir, escribir.