Huesos
He crecido. He crecido con la rabia y con el llanto. Lo he decidido así porque el metabolismo despierto es el que crece más rápido y la ira hace que mi cuerpo nunca duerma. He crecido alejando la felicidad, me he comprendido como un ser de estados cambiantes en el cual no tiene que estabilizarse ninguno. Escupo sangre. He crecido rompiendo la crisálida que me trata de atar: mi ropa se hizo corta, fui adulto de nuevo, vivo con ambición pero sin egoísmo. Me he propuesto devorarme al mundo todos los días. Nuevamente escupo sangre. He crecido odiando todo lo que había hecho, odiando a las mujeres y hombres que han pasado por mi vida, odiando lo que ha venido y en lo que he permitido la ilusión. He crecido y ahora mi cuerpo cobra, pero YO estoy dispuesto a pagar el precio que alguna vez pacté con mi demonio. Sigo creciendo, como la serpiente en el principio de los tiempos me enseñó, como la tortuga que sostiene al mundo me mostró. Mientras cada uno hace mella en su inocencia y disfruta los pequeños instantes, yo pretendo cambiarme por medio de la ira, para cambiar al mundo. Se rompen los vasos, mi sangre no para de salir.