Del Escritor (XIV)
Mis hijos, bastardos sin fecha de concepción, cargan todos mis temores y dudas, mis miedos, frustraciones, sonrisas negras, miradas repugnantes. Cada pedazo de ellos es un grito que doy al universo, apagados con realidad, oscuros, símiles muertos. Y aún así todavía sueño con mostrarlos al mundo antes de terminar mi ciclo aquí, en esta tierra tan estéril como mi esperma.