A todos se nos exige ser "buenos" en la cama, se impone el concepto de mujer-puta y macho-alfa en cada encuentro con un desconocido y se lleva a sus máximas consecuencias. Deseamos el placer del orgasmo del otro, es una cuestión de ego. No está mal, no está bien, pero en cada movimiento de pelvis a veces se nos olvida que esa persona que está con nosotros es humana, o se nos va la cabeza por la apariencia y preferimos calmar una "necesidad" a reservar nuestra energía. Hemos aprendido a follar del porno, un buen culo o un buen pene nos llevará a la luna... Les juro que prefiero la conexión y la química al cuerpo dotado, y prefiero la sonrisa de una mujer promedio, a la pretensión de haber estado con una mujer10.