Del Escritor (XV)
Casi siempre la sonrisa es un punto común en la escritura, un cliché que se ha desarrollado a través del tiempo así como la luna, las estrellas, el cabello y los ojos. Sin embargo, no se puede negar lo bello que resulta ver la sonrisa de un completo desconocido, la rebeldía que implica no dejarse intimidar del otro y expresar ese punto de quiebre entre la monótona realidad y la crucial mirada social. Sonreír, pero no con esa sonrisa falsa momentánea, no con esa sensación de peso que se tiene al despegar las mandíbulas, tan solo hacer una mueca para denotar que todo, todo, todo es posible dentro de la imaginación. La siguiente exploración, llevar la imaginación a la realidad, es la que implica menos sonrisa y más acción.