Ejercicio creativo del infame
De la soledad al fracaso, de mis versos a los fríos manicomios. De la soltura a la tentación y viceversa juega el destino que versa sobre el fondo de la soltura. Del fracaso hago manicomios en la fría soledad del verso. De mi alma palpitante que se vuelve regodeante y que no concibe estar sin una anfetamina delirante. De mi boca, calamitosa, que se envuelve entre vergas como bocas. En mi entrepierna que late en forma de costilla poseo el don de orador-violador. De mí sol-edad salen versos que convierten fracasos en manicomios regodeantes de anfetaminas calamitosas de oraciones inconclusas acerca del amor.