Gato (Charles Baudelaire - Las Flores del Mal)
Ven, mi hermoso gato, cabe mi corazón amoroso;
Retén las garras de tu pata,
Y déjame sumergir en tus bellos ojos,
Mezclados de metal y de ágata.
Cuando mis dedos acarician complacidos
Tu cabeza y tu lomo elástico,
Y mi mano se embriaga con el placer
De palpar tu cuerpo eléctrico,
Veo a mi mujer en espíritu. Su mirada,
como la tuya, amable bestia,
Profunda y fría, corta y hiende como un dardo,
Y, de los pies hasta la cabeza,
Un aire sutil, un peligroso perfume,
Flotan alrededor de su cuerpo moreno.
Libro De Tradición del Culto del Extasis (Apuntes)
Código de Ananda
Reglas del culto del éxtasis
I - Eres maravilloso: todos nosotros lo somos.
II - Aquel que escupe sobre su mano derecha descubrirá que la izquierda le falla cuando la necesita.
III - Cada moneda de oro produce dos o mas; cada tallo entregado crea un manojo. Sin embargo, cada moneda malgastada convierte las demás en escoria y un manojo perdido crea una hambruna. Por esta razón, un Vidente deberá rendir cuenta de sus actos.
IV - Algunas mentes descansan mejor dormidas. No debes empujar a aquellos que, de otro modo no se despertarían.
V - Las verdades vislumbradas no siempre son verdades.
VI - Si un hombre (o una mujer) destruye las pasiones de otro, considera que ha sido descuartizado por perros salvajes. Porque las pasiones son la base del Ego y, si sangran, también lo hace el alma.
VII - Cada vidente debe responsabilizarse de sus propios actos; si estos actos carecen de sabiduría o bondad, dejad que llore a solas.
VIII - La alegría refresca la sangre; la cólera la derrama.
IX - Incluso los árboles que han sido destruidos por un rayo pueden dar nuevos frutos.
X - Un estupido no siente miedo; un Durmiente queda paralizado por el; un Maestro lo trasciende pero recuerda su sabiduría. Es bueno tener miedo: es una estupidez doblegarse ante el terror.
Las Nueve Pasiones de Tali Eos
- Alegría (o Admiración)
- Empatía (o Compasión)
- Codicia (o Ambición)
- Pesar (o Tristeza)
- Miedo
- Celos (o Envidia)
- Odio
- Cólera
Solo cuando tienes algo que arriesgar, puedes asumir el riesgo
Reglas del culto del éxtasis
I - Eres maravilloso: todos nosotros lo somos.
II - Aquel que escupe sobre su mano derecha descubrirá que la izquierda le falla cuando la necesita.
III - Cada moneda de oro produce dos o mas; cada tallo entregado crea un manojo. Sin embargo, cada moneda malgastada convierte las demás en escoria y un manojo perdido crea una hambruna. Por esta razón, un Vidente deberá rendir cuenta de sus actos.
IV - Algunas mentes descansan mejor dormidas. No debes empujar a aquellos que, de otro modo no se despertarían.
V - Las verdades vislumbradas no siempre son verdades.
VI - Si un hombre (o una mujer) destruye las pasiones de otro, considera que ha sido descuartizado por perros salvajes. Porque las pasiones son la base del Ego y, si sangran, también lo hace el alma.
VII - Cada vidente debe responsabilizarse de sus propios actos; si estos actos carecen de sabiduría o bondad, dejad que llore a solas.
VIII - La alegría refresca la sangre; la cólera la derrama.
IX - Incluso los árboles que han sido destruidos por un rayo pueden dar nuevos frutos.
X - Un estupido no siente miedo; un Durmiente queda paralizado por el; un Maestro lo trasciende pero recuerda su sabiduría. Es bueno tener miedo: es una estupidez doblegarse ante el terror.
Las Nueve Pasiones de Tali Eos
- Alegría (o Admiración)
- Empatía (o Compasión)
- Codicia (o Ambición)
- Pesar (o Tristeza)
- Miedo
- Celos (o Envidia)
- Odio
- Cólera
Solo cuando tienes algo que arriesgar, puedes asumir el riesgo
Cisne de primavera (Charles Bukowski)
Cisne de primavera
También en primavera mueren los cisnes
y ahí flotaba
muerto un domingo
girando de lado
en la corriente
y fui hasta la rotonda
y distinguí
dioses en carros,
perros, mujeres
que giraban,
y la muerte
se me precipitó garganta abajo
como un ratón,
y oí llegar a la gente
con sus canastos de camping
y sus risas
y me sentí culpable
por el cisne
como si la muerte
fuese algo vergonzoso
y me alejé
como un idiota
y les dejé
mi hermoso cisne.
(Charles Bukowski - Versión de Rafael Díaz Borbón)
También en primavera mueren los cisnes
y ahí flotaba
muerto un domingo
girando de lado
en la corriente
y fui hasta la rotonda
y distinguí
dioses en carros,
perros, mujeres
que giraban,
y la muerte
se me precipitó garganta abajo
como un ratón,
y oí llegar a la gente
con sus canastos de camping
y sus risas
y me sentí culpable
por el cisne
como si la muerte
fuese algo vergonzoso
y me alejé
como un idiota
y les dejé
mi hermoso cisne.
(Charles Bukowski - Versión de Rafael Díaz Borbón)
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